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sábado, 30 de diciembre de 2017

Hasta nunca 2017.

Repasando mi blog veo que es tradición escribir un post de despedida del año, así que intentaré no repetir lo que escribí en 2015 y 2016: seré más concreto. 


Os dejo los links: el del 2015 lo podría reciclar cada año... 




Me enfrento al ordenador y pienso en el 2017 y en mi 2017. 


Empezaremos por el 2017 "en general"  


"El procés"

Claro, hablando del 2017 aparece en primer lugar, siempre omnipresente. 



Nadie en Catalunya puede estar muy satisfecho de como ha ido: utilizando un lenguaje coloquial, se podría hablar de año de mierda. 

El independentismo nos ha hecho sacarnos a todos las caretas y posicionarnos, nos ha hecho discutir (que tampoco me parece un drama que nos peleemos un poco de vez en cuando, no seáis Flanders), nos ha hecho perder amistades de mentira y, por que no decirlo, mirar de otra forma a amistades de verdad. 

Pero la culpa tampoco la tiene exclusivamente "el procés": hoy en día, conocemos a las personas muy superficialmente y enseguida les ponemos la etiqueta de "amigos" cuando con dificultad deberían llevar la de "compañeros, conocidos o saludados". 

Las perspectivas desde el punto de vista catalán no son buenas: gobierno independentista que sabe que no puede llevar a cabo su programa empujado por una buena cantidad de gente que les pide un suicidio contra un gobierno débil del PP en España que cree que darle caña a los independentistas y, que no lo olvide nadie, a toda Catalunya de regalo, es lo que le mantiene en el poder. 

Cada uno que opine si esto le conviene a España o no... 


"Las libertades individuales "

El 2017 acaba de forma terriblemente preocupante. Las libertades individuales se acercan a los límites de una república bananera, con leyes mordaza, con gente en la cárcel (tengo pendiente un post para hablar de lo que es el castigo de la privación de libertad) por sus ideas, con leyes que les dan a los jueces una patente de corso para aplicar su idiología y castigar al contrario sin despeinarse. 


Las figuras de "delito de odio" y "exaltación del terrorismo" son una hoja en blanco para acojonar a la población. La libertad de expresión se basa en poder decir cualquier barbaridad, o eso entendemos muchos, pero la canción protesta, el rap subversivo y excesivo, o el tuit "hijoputa" alegrándose de que alguien se muera pueden llevarte a la cárcel. No a una multa, no a una rectificación: a la cárcel. 

Estas dos leyes nos llevan a los agravios comparativos en las interpretaciones de unos jueces que en el 2017 nos han dejado claro clarinete que tienen idiología y que con ella dictan sus sentencias. Reírse de un muerto rojo o indepe es diferente que hacerlo de un fiscal general del estado: en un caso es "jueguen jueguen" y en el otro puedes tener a la policía en la puerta en horas. Genial: la justicia  es igual para todos o no es justicia.

La Policía Nacional, la Guardia Civil y sus hijos han pasado a ser seres intocables. Una pelea con uno de ellos de paisano puede llevarte a la trena mucho tiempo y ellos pueden hacer lo que quieran sin sufrir ningún tipo de consecuencias (espero todavía saber quien es el de la patada voladora del 1-O y qué castigo le ha caído). Inquietante. 


"Los políticos"

El 2017 ha sido un paso más en la percepción absolutamente negativa que tenemos de ellos pero también ha sido un retraso en nuestra actitud hacia ellos: si alguien sale mintiendo de forma descarada, si falsean gráficos, si utilizan las tácticas de "1984" llamando fascistas a gente pacífica, acusando de lo que ellos son a los demás, la sociedad levanta los hombros con un "qué quieres, son políticos" 

Vamos, que aceptamos que sean unos chorizos o unos mentirosos y ya ni nos indignamos. Mal camino. 


"La información" 

A los que nos gusta estar bien informados, simplemente, estamos de luto. Los periódicos tradicionales, con "El País" a la cabeza son panfletos de información al servicio del poder y lo que circula por las redes, twitteer mediante, es tan fiable como un cotilleo de la vecina del quinto. 

El año de los fake news y de los bots rusos acaba con el PP insinuando que va a poner en marcha una especie de  Ministerio de la Verdad. Como parte positiva muchas personas acudirán a la lectura para saber de qué hablan. ¿"1984" o "Farenheit 45" como idea de lo que se nos viene encima?


Malos tiempos para hacerte una idea sobre cualquier tema a no ser que le dediques media vida.... 


"La violencia de género"

Otro año con más de lo mismo: más denuncias, más detenciones, mismo número de mujeres asesinadas. 

El día que algún gobernante entienda donde está el problema y busque soluciones y no solo el "vamos a quedar bien" mejoraremos. Mientras, a repetir la jugada.  

Para eso hacen falta dirigentes que desmonten el montaje que han creado y comprendan que ante situaciones complejas hacen falta soluciones complejas y múltiples. Para conseguir que no se produzca un delito lo mejor es prevenirlo y para prevenirlo tienes que centrarte también en el futuro delincuente y no solo en la víctima. Algo que la sociedad, al menos en este punto, no quiere aceptar. 


El 2018 pinta fatal porque van a aplicar una receta que ya saben que es absolutamente ineficaz.  Ojalá me equivoque. 

Mi 2017


El 2017 ha sido, política aparte, un año tranquilo, que ya tocaba. 

En lo personal con algunas puertas cerradas definitivamente, con algunas que se abrieron y se cerraron, con nuevas ilusiones para encarar el año y con la sensación de que, según pasa el tiempo, el número de cosas importantes se reduce cada vez más: la familia, el trabajo y esos amigos de verdad o esas relaciones que merecen el esfuerzo, que aportan, que pesan en tu vida.  Y el Barça, claro. 

Cada vez más con esa idea viejuna de que tu actitud tiene que seguir tu ética personal y no contrarrestar la del que tienes delante pero notando que me sigue hirviendo la sangre con la injusticia. 

Un 2017 con alguna "primera vez", con algunas fechorías para tachar de la lista de pendientes, unas con cara de satisfacción y otras con un "no es para tanto" 

Ya que estoy en mi blog os dejo los tres post de los que estoy más satisfecho. Un año con pocos  porque me he dedicado a escribir en formato novela. 

Mis niños preferidos son los del atentado de Les Rambles, el de mis 10 años de divorciado y el de "tengo una amiga perfecta para tí". Uno serio, uno ñoño y uno humorístico. El mejor, diría que el de Les Rambles. 






Y venga, que el 2018 está ahí esperándonos pero me da que sin muy buenas intenciones, al menos en lo que se refiere al apartado general. Intentaremos que el personal sea excelente y equilibre. 


¡Feliz 2018!





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