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jueves, 14 de julio de 2016

Me gustan las chicas jóvenes (también)

En esta torturada vida que llevo de single una de las cosas que más me revienta es ese odioso momento en que me preguntan la edad de mi pareja. Mucha es veces es joven, a veces muy joven, algunas incluso puede que demasiado joven. Digo la edad y, en algunas ocasiones, casi casi esperan que a renglón seguido me disculpe. Pues no. Qué pasa. Me gustan (también) las chicas jóvenes. 


Esta conversación la he sufrido mas de una vez. 

- Ayer me fui a cenar con Pepita
- ¿Qué edad tiene? (nadie me pregunta si es alta o baja, si es guapa o fea, si es lista o tonta, solo la edad) 
- 25 (o 28, o 32)
- Joder Fernando.... (Nota: Fernando, o sea yo, tiene 45 años ahora...) 
Esta última frase suele ir acompañada de ojos en blanco y resoplido. 

El problema ya no es que (también) me gusten jóvenes, que es algo bien aceptado en el imaginario colectivo, es que, al parecer, me gustan "demasiado jóvenes", lo que  es un concepto claramente relativo. Porque.... 

¿Cuándo una chica es inapropiadamente joven? 

Hace unos años solía pensar que habría tocado fondo en el momento en que saliera con una chica que se llevara menos años con mi hijo que conmigo. 

Yo soy del 70 y él del 2000, así que nos llevamos 30 años justos. Haciendo una operación matemática complicadísima resulta que la chica puede tener 15 menos que yo. Como tengo 45… pues hasta los 30 estaríamos dentro del "manual de buenas maneras". O sea nacidas hasta 1985. Apuntado.

Pero nada. Hace tiempo que caí con una chica post-1985. OMG. 

Por tanto aparecen ante mis ojos varias opciones: 

1) reconocer que se me ha ido la pinza,  asumirlo y no voler a mirar a las post 1985 (qué penita!!!) 

2) llevarlo con hombría y no desdeñar a ese viejo verde que según votación popular debería aparecer en el espejo cuando me afeito (es una metáfora porque hace tiempo que me dejé barba) 

3) bajar el listón de la edad y buscar una nueva regla.

Como me cuesta reconocer mis errores y sigo sin ver al viejo verde en el espejo, pensamiento que igual no es compartido por muchos de mis conocidos, he optado por buscar una norma que me vaya bien para salvaguardar mi imagen y que pueda explicar a los que me acusan de asaltacunas. Lo sé, es inútil, pero estos ejercicios intelectuales fútiles me encantan. 

Así  que mis opciones pasan por dos nuevas reglas: 

- La mitad más 6. 
- La raíz cuadrada de mi edad x 3.5 (sólo válida para listillos o personas que sepan manejar una calculadora) 

Creo que estas dos funcionan muy bien y valen para mí y para hoy… que es lo que cuenta. 

Parafraseando al mítico Groucho diré aquello de "estos son mis principios, si no les gustan tengo otros"  Vamos, que las reglas las puedo cambiar cuando quiera. Para algo son mías. 

La verdad es que el de “la mitad más 6” es genial: para los no muy avezados en esto de los números: 45/2= 22.5 + 6, : límite 28,5 años. Suena bien. 

Con el tiempo la regla mejora: a los 50 ella deberá tener 31 años y cuando fuera octogenario, 46.  ¡Cada vez mejor! 

Sin embargo la regla de la raíz cuadrada es todavía más brillante (ahora me toca una de 23,5 años) y a los 50 sigo con una de 24,5 y a los 80 con una de 31. Igual sería mejor multiplicar la raíz cuadrada por 4 o por 5...  lo pensaré.

Solventado el mini problema de que todo el mundo crea que es demasiado joven para ti (desde el punto de vista de sus amigos y familiares la frase puede ser mucho más cruel, tu eres demasiado viejo para ella…) me gustaría centrarme en por qué elegimos mujeres más jóvenes.

Pero eso será en la segunda parte del post que se está haciendo muy largo....



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