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miércoles, 27 de mayo de 2015

El "ouija". Nos hacemos mayores....

Hace muchos, muchos años, cuando tenía unos 16, nos juntábamos en mi casa o en la de algún amigo para practicar sesiones de lo que nosotros llamábamos "espiritismo": "el ouija" o "la güija" según nos manda la RAE (a mi me gusta más ouija, soy un rebelde)

Ouija viene de juntar dos SÍ: el francés y el alemán. Lo de abajo es un chiste que solo entenderán los que vean "Los Simpson"


Conseguimos una tabla de ouija creo recordar que como regalo de una colección por fascículos y nos montábamos  interminables sesiones de ouija en el comedor de mi casa, con unos amigos y mi hermano, o en casa de "Chachi" (lo sé, menudo apodo más cursi) un cachondo que afirmaba que tras una sesión en su casa en que nos olvidamos de "despedir al espíritu" se quedó por ahí cerrando y abriendo puertas (el espíritu, no mi amigo que estaba bajo la colcha acojonado)

Aparte de millones de risas y algunos momentos curiosos como comunicarnos  con Hitler en persona, solo recuerdo un momento que nos ayudara a creer en el más allá. Mi hermano coleccionaba latas de coca-cola en su habitación. Le preguntamos al espíritu cuántas había y dijo "44". Las contamos: 43 (espíritu de pacotilla, no sabe ni contar y muchos adolescentes riendo) pero una semana después comprobamos  que el espíritu no falló: en el armario teníamos una lata de pelotas de tenis con el que no contábamos (true e inquietante story) 

Parece lógico: la explicación está en el poder de esa mente infrautilizada que tenemos. Tanto mi hermano como yo, subconscientemente, sabíamos cuantas latas había en su habitación. Y ese subconsciente super-mega-ultra-poderoso es el que es capaz de mover el vaso.

Larry Bayou, profesor de secundaria, hizo un experimento tapando las letras de la tabla ouija. Sus estudiantes no consiguieron formar ni una sola palabra inteligible. El vaso se mueve, según la teoría idemotriz, por pequeñas presiones de los dedos sobre él. Cojonudo, pero para quien haya "jugado" alguna vez... el vaso se mueve solo!!!!


Hace unos meses, supongo que al ver anunciada esa gran peli que debe ser "Ouija" (cinismo), les planteé a mis amigos la posibilidad de hacer una sesión. Me fui a otro grupo de amigos. Lo mismo: Y con "chicas" ya ni os cuento. Fracaso total.  No es que no consiguiera un grupo de amigos numeroso, es que ni uno se animó. "Yo paso que estas cosas dan yuyu", " ni de coña que los ouija siempre acaban mal" etc, etc...  

Las normas nos recomiendan un mínimo de cuatro participantes, un lugar oscuro y tranquilo, aunque si elegimos un cementerio tampoco está mal, y unos conocimientos básicos que, como en mi época no había internet,  no habíamos adquirido. Fuimos a pelo. ¡Qué salvajes! Al parecer hay que purificar el ambiente con incienso o similar, tener un experto en el tema y empezar diciendo "¿hay alguien ahí?". Nosotros éramos más peliculeros y decíamos: "si hay algún espíritu en esta sala que se manifieste mediante este vaso". Mola más. Por último no hay que dejar participar a menores y que yo recuerde lo que no habían eran adultos. Lo hacíamos todo mal, no sé como estamos vivos (bueno, no todos, pero eso no creo que se lo podamos achacar la ouija)

Si queréis, podéis disfrutar de "La ouija online", cómo no, pero a mí si no hay oscuridad, velitas y risitas nerviosas la cosa no me pone. Llamadme clásico.

Siempre se ha dicho que la prudencia es una cualidad de la madurez, así que debo estar rodeado de amigos maduros aunque juraría que lo que son es  unos gallinas. Sin más. 

Para convencerlos he hecho una pequeña búsqueda por internet para ver que catástrofes explica la red tras sesiones de "Ouijas". No da para mucho: parecen noticias de "El Mundo Today". Algunos cuentan como desgracia magníficos aciertos de los espíritus  (fecha  y causa de muerte de un participante, número de la lotería, aunque evidentemente el dinero viene acompañado de una serie de terribles desgracias) y otros describen casos de locura entre los integrantes de la sesión. Hasta hay alguna posesión diabólica en youtube que parece más una crisis comicial (o sea epilepsia) o histérica.


Seguramente, al llegar a este punto os preguntaréis si "creo o no creo" Pues ni sí, ni no, si no todo lo contrario. Hay diversos sucesos en mi vida  y en la de familiares y amigos que tienen difícil explicación utilizando la lógica, pero no creo que un espíritu se vaya a apoderar de   mi alma por poner el dedo encima del vaso y hacerle tres preguntas. Tendrán cosas mejores que hacer.  Vamos... que no creo en las meigas, pero haberlas, haylas. 

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